domingo, 6 de marzo de 2016

SAL DE MESA VS SAL DEL HIMALAYA


La sal refinada no aporta prácticamente ningún beneficio al organismo; al contrario, es responsable de numerosos problemas de salud, incluidos los cálculos biliares.
La única sal que el cuerpo puede digerir, asimilar y utilizar de manera adecuada es la sal marina sin procesar o refinar o la sal de roca. Para que la sal resulte de utilidad para el cuerpo, necesita penetrar en los alimentos, es decir, que la humedad de las frutas, verduras, granos y legumbres la haya disuelto
previamente. Cuando se utiliza la sal en seco, penetra en el organismo sin ionizarse y produce sed (señal de intoxicación), y, al no asimilarla adecuadamente, provoca daños mayores.
Agregar una pizca de sal en una pequeña cantidad de agua y agregarla a fruta u otros alimentos crudos, ayudará a digerir esos alimentos, además de contribuir a reducir la acidez del cuerpo. Añadir una pizca de sal al agua para beber aporta propiedades alcalinas e importantes minerales y oligoelementos.

Principales funciones de la sal sin refinar Regula el ritmo cardíaco y la presión arterial, juntamente con el agua.
Elimina el exceso de acidez de las células corporales, especialmente las del cerebro.
Regula los niveles de azúcar en sangre, algo especialmente importante en los diabéticos.
Es esencial para generar energía hidroeléctrica en las células del cuerpo.
Es vital para la absorción de nutrientes a través del tracto intestinal.
Es necesaria para limpiar los pulmones de mucosidad y flemas, especialmente en los casos de asma y fibrosis quística.
Limpia el catarro y la congestión de los senos paranasales.
Es un potente antihistamínico natural.
Evita los calambres musculares.
Contribuye a prevenir una excesiva producción de saliva. La saliva que fluye de la boca mientras se
duerme puede indicar una deficiencia de sal.
Aporta firmeza a los huesos. El 27% de la sal del cuerpo se encuentra en los huesos. La deficiencia de sal o  bien tomar sal refinada en vez de sal sin refinar son causas importantes de la osteoporosis.
Regula el sueño, al actuar como un hipnótico natural.
Evita la gota y la artritis gotosa.
Es vital para mantener la libido y la sexualidad.
Puede evitar las varices y las venas capilares de piernas y muslos.
Aporta al organismo más de 80 minerales esenciales. A la sal refinada, la sal de mesa común, se la despoja de
todos estos elementos, salvo de dos, y, por otro lado, contiene aditivos perjudiciales, entre otros el silicato de aluminio, uno de los principales causantes de la enfermedad de Alzheimer.

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